martes, 23 de octubre de 2012

¿Destino?

El mundo caótico al que me enfrento cada día alberga la mayor complejidad y diversidad que uno puede imaginar. Un mundo que combina razas, edades, culturas, sentimientos... personalidades tan distintas que uno muchas veces se pregunta cuan compleja es la fórmula que permite mantener balanceada esta ecuación.

Porque no todos buscamos lo mismo. No todos tenemos las mismas aspiraciones pero, aún así, siempre encontramos alguna pieza donde encajamos, aunque sea de forma temporal.

No creo en el destino como tal. Soy más fan de "el destino te da las cartas pero nosotros las jugamos". Pero sí creo que existen ocasiones en las que por más que nuestra ambición, ganas y esfuerzo deseen algo, por esa circunstancia extraña  que aún desconocemos, no lo logramos. Y no se trata de un esfuerzo más, de más deseo, más pasión ; simplemente aquella pieza no encaja. Nos falta algo. No estamos preparados.

Necesitamos un plus que no tenemos y que no podemos generar en un espacio-tiempo corto. A veces te ha podido pasar con un trabajo, con un amigo, con una pareja, con un deporte... existen situaciones para las que no estamos preparados pero, al mismo tiempo, vivimos situaciones que nos preparan para situaciones futuras.

Aquí radica la paradoja, similar a la de Stockdale, que ya expliqué un tiempo atrás. No conseguiremos lo que queremos pero, renunciando a vivir ese dolor, esa desesperación, esa frustración, apatía, desaliento y, por qué no,  fracaso, tampoco estaremos preparados para encajar en el futuro.

Y ahí es donde tu pieza comienza a forjarse. A base de encajar con otras piezas de forma temporal se va puliendo, limando asperezas, hasta que un día, probablemente cuando menos te lo esperes, simplemente encajará con la pieza que siempre habías buscado. Incluso, es posible, que esa pieza haya estado ahí mucho tiempo pero pasara desapercibida. No estabas preparado.

Y ahí volveríamos al comienzo de esta corta historia. ¿Dónde está ese plus? ¿Dónde encuentro la fuerza para enfrentarme a todos los inconvenientes que me separan de mi éxito?

He pensado mucho sobre eso y la conclusión es demasiado inmaterial y débil. Precisamente, es por esto, por lo que me parece tan especial. Algo más conocido o más sencillo, que todo el mundo pudiese alcanzar con facilidad descompensaría la ecuación.

La respuesta es simple: ERES TÚ. Tu Fe. Ese "algo" inmaterial que te hace perseguir algo que no existe, que te hace caminar sin saber por dónde pero sí hacia dónde. Hay que tener Fe. Fe en que se hace lo correcto, en que más tarde o más temprano encajarás, encontrarás el camino, encontrarás la felicidad.

No creo que la FE mueva montañas pero te permitirá sobrevivir mientras aprendes a cruzarlas.

lunes, 15 de octubre de 2012

Separados

Nadie quiere a nadie. Los movimientos independentistas crecen en todas las partes del mundo, desde Cataluña a Escocia, todo el mundo quiere romper lazos para quedarse solo. Cada vez hay más divorcios, cada vez más los noviazgos son más efímeros, incluso las amistades se han vuelto volátiles y ya no hablemos de la lealtad, esa abandonó hace mucho tiempo estas tierras.

El mundo tiene miedo. Lo he dicho una y otra vez pero vuelvo a repetirlo: EL MUNDO TIENE MIEDO. Las personas tienen miedo, las ciudades tienen miedo, los países tienen miedo, las parejas tienen miedo, los héroes tienen miedo de los villanos, los villanos tienen miedo de los héroes, incluso el planeta tiene miedo y parece de vez en cuando querer quedarse solo expulsándonos con catástrofes naturales.

Y cuando tenemos miedo la tendencia es echar la culpa al destino, al exterior, a lo desconocido, a lo nuevo que vino, al diferente, a los cambios. "Más vale lo bueno conocido que lo bueno por conocer". No se evoluciona sin errores, no se crece sin sembrar, el camino al éxito está lleno de fracasos.

Nadie quiere resultar herido, nadie está dispuesto a sufrir. Error. ¿Crees que la vida es sencilla? Te equivocas. Los paraísos no existen, se crean. Si quieres llegar a la gran sonrisa tendrás que pasar por el valle de las lagrimas, por la montaña del sufrimiento, por el sendero de la melancolía y por la travesía de la incertidumbre.

Puedes quedarte parado, no querer avanzar. Piensas que no lo vas a soportar. Pero si sigues aquí, si te despiertas mañana, si tienes un día más, ¿no vale la pena luchar por lo que quieres? ¿no vale la pena morir buscando la vida? ¿no vale la pena luchar por aquello que te da la felicidad?

Por favor, cada vez que tengas miedo, antes de criticar, haz autocrítica. Piensa en cómo puedes mejorar. Antes de criticar lee un libro. Antes de criticar escucha una canción. Antes de criticar piensa en aquello que quieres. Antes de criticar cálzate unas zapatillas, sal a fuera a correr y respira.

El mundo te necesita, el mundo nos necesita a todos. Incluso a ti por muy insignificante que te creas. Puedes dar una sonrisa que alguien necesita o puedes dar un abrazo o un simple gesto de cariño. No nos quedemos solos.

Visitar a la soledad puede ofrecerte un sin fin de alternativas y esperanza, pero cada minuto de más se cobra un peaje que acaba dejándote sin nada, vacío.