martes, 27 de noviembre de 2012

No te olvido.

Existió.

Sí, una vez estuvo entre nosotros. Si hiciera un resumen de todo lo que le falta a este mundo, todo podría encontrarse en el interior de una misma persona. Combinaba esa sutil mezcla de bondad, solidaridad, felicidad, esperanza, esfuerzo y sacrificio. Ajeno a la desmotivación, a la monotonía, a hincar la rodilla, al miedo al fracaso, rechazo o conformismo. Así era él.

Pasé escasas horas después, aún sin conocer lo que había sucedido, por el mismo sitio donde tú ya te habías marchado. Me contaron, mientras veía un partido del Torrejón y negociaba mi vuelta al fútbol, que había habido un accidente esa madrugada y que dos jóvenes habían muerto. ¿Cómo imaginarme que tú eras uno de ellos?

Volví a casa, era tarde, veía la tele y el móvil se encendió. Entonces escuché esas palabras que aún giran y giran en mi cabeza: "Gerar, Nachete ha tenido un accidente y se ha matado". ¿Qué? ¿Cómo? Dios despiértame por favor, no podía ser verdad. He sufrido la muerte de seres queridos y no he sido capaz de dejarme llevar por el sentimiento,. Pero esta vez fue distinto. Me hundí. Ese mismo instante arrancaron de mi interior parte de mi vida. ¿Qué demonios está pasando?

5 años hermano. 5 putos largos años. Coincidencias, o no, del destino, desde que te fuiste llegaron malos tiempos. Estamos inmersos en la mayor crisis económica que jamás ha existido. Crisis, que yo siempre defiendo que no es económica, sino de valores. De naturaleza. Si los que aún estamos aquí fuéramos un 10% de lo que tú fuiste todo se solucionaría en un instante. Pero ya nadie está dispuesto a dar todo sin estar dispuesto a obtener nada. Ya nadie sonríe por el mero hecho de despertar una sonrisa más. La felicidad esta encarcelada bajo los barrotes del miedo.

Ni siquiera yo. Perdóname. Ni siquiera en aquel que confiabas y que animabas una tras otra y otra. Aquel que pensabas que era distinto, sólo es una persona normal. He caído bajo esta mierda de mundo egoísta. Dispuesto únicamente a salvarme a mi mismo, sin importarle ya el resto. Soy uno más y ahora entiendo que quizás lo único que me hacía distinto eras tú.

A veces pienso en cambiar. En darme otra oportunidad. Recuerdo esas largas y largas conversaciones que teníamos de vuelta de los entrenamientos o cuando nos encontrábamos en el semáforo de la continental, cuando aún soñábamos. Ahora sólo nos cuesta dormir porque sabemos que nos esperan más pesadillas.

Sé que tú siempre seguirías pensando que se puede. Que rendirse no es una opción. Que la felicidad está en las pequeñas cosas. Tú me enseñaste.

Me mostraste como una sonrisa puede hacer bonito un día sombrío. Como un abrazo es capaz de parar una tormenta de sentimientos. Como una palabra era capaz de cambiar una perspectiva. Como una mirada era capaz de dar fe a una persona.

Siempre saldrán lagrimas cada vez que te escriba por estas fechas. Quizás esta sea tú última gran lección.
Quizás vivas dentro de mis lágrimas para recordarme, al menos una vez al año, que un día, ambos, nos obligamos a pelear hasta el final por aquello que queremos.

No sabes como te echo de menos hermano. Jamás te olvidaré, siempre te querré.

Porque puede que aún valga la pena luchar...

Gracias Nacho

martes, 23 de octubre de 2012

¿Destino?

El mundo caótico al que me enfrento cada día alberga la mayor complejidad y diversidad que uno puede imaginar. Un mundo que combina razas, edades, culturas, sentimientos... personalidades tan distintas que uno muchas veces se pregunta cuan compleja es la fórmula que permite mantener balanceada esta ecuación.

Porque no todos buscamos lo mismo. No todos tenemos las mismas aspiraciones pero, aún así, siempre encontramos alguna pieza donde encajamos, aunque sea de forma temporal.

No creo en el destino como tal. Soy más fan de "el destino te da las cartas pero nosotros las jugamos". Pero sí creo que existen ocasiones en las que por más que nuestra ambición, ganas y esfuerzo deseen algo, por esa circunstancia extraña  que aún desconocemos, no lo logramos. Y no se trata de un esfuerzo más, de más deseo, más pasión ; simplemente aquella pieza no encaja. Nos falta algo. No estamos preparados.

Necesitamos un plus que no tenemos y que no podemos generar en un espacio-tiempo corto. A veces te ha podido pasar con un trabajo, con un amigo, con una pareja, con un deporte... existen situaciones para las que no estamos preparados pero, al mismo tiempo, vivimos situaciones que nos preparan para situaciones futuras.

Aquí radica la paradoja, similar a la de Stockdale, que ya expliqué un tiempo atrás. No conseguiremos lo que queremos pero, renunciando a vivir ese dolor, esa desesperación, esa frustración, apatía, desaliento y, por qué no,  fracaso, tampoco estaremos preparados para encajar en el futuro.

Y ahí es donde tu pieza comienza a forjarse. A base de encajar con otras piezas de forma temporal se va puliendo, limando asperezas, hasta que un día, probablemente cuando menos te lo esperes, simplemente encajará con la pieza que siempre habías buscado. Incluso, es posible, que esa pieza haya estado ahí mucho tiempo pero pasara desapercibida. No estabas preparado.

Y ahí volveríamos al comienzo de esta corta historia. ¿Dónde está ese plus? ¿Dónde encuentro la fuerza para enfrentarme a todos los inconvenientes que me separan de mi éxito?

He pensado mucho sobre eso y la conclusión es demasiado inmaterial y débil. Precisamente, es por esto, por lo que me parece tan especial. Algo más conocido o más sencillo, que todo el mundo pudiese alcanzar con facilidad descompensaría la ecuación.

La respuesta es simple: ERES TÚ. Tu Fe. Ese "algo" inmaterial que te hace perseguir algo que no existe, que te hace caminar sin saber por dónde pero sí hacia dónde. Hay que tener Fe. Fe en que se hace lo correcto, en que más tarde o más temprano encajarás, encontrarás el camino, encontrarás la felicidad.

No creo que la FE mueva montañas pero te permitirá sobrevivir mientras aprendes a cruzarlas.

lunes, 15 de octubre de 2012

Separados

Nadie quiere a nadie. Los movimientos independentistas crecen en todas las partes del mundo, desde Cataluña a Escocia, todo el mundo quiere romper lazos para quedarse solo. Cada vez hay más divorcios, cada vez más los noviazgos son más efímeros, incluso las amistades se han vuelto volátiles y ya no hablemos de la lealtad, esa abandonó hace mucho tiempo estas tierras.

El mundo tiene miedo. Lo he dicho una y otra vez pero vuelvo a repetirlo: EL MUNDO TIENE MIEDO. Las personas tienen miedo, las ciudades tienen miedo, los países tienen miedo, las parejas tienen miedo, los héroes tienen miedo de los villanos, los villanos tienen miedo de los héroes, incluso el planeta tiene miedo y parece de vez en cuando querer quedarse solo expulsándonos con catástrofes naturales.

Y cuando tenemos miedo la tendencia es echar la culpa al destino, al exterior, a lo desconocido, a lo nuevo que vino, al diferente, a los cambios. "Más vale lo bueno conocido que lo bueno por conocer". No se evoluciona sin errores, no se crece sin sembrar, el camino al éxito está lleno de fracasos.

Nadie quiere resultar herido, nadie está dispuesto a sufrir. Error. ¿Crees que la vida es sencilla? Te equivocas. Los paraísos no existen, se crean. Si quieres llegar a la gran sonrisa tendrás que pasar por el valle de las lagrimas, por la montaña del sufrimiento, por el sendero de la melancolía y por la travesía de la incertidumbre.

Puedes quedarte parado, no querer avanzar. Piensas que no lo vas a soportar. Pero si sigues aquí, si te despiertas mañana, si tienes un día más, ¿no vale la pena luchar por lo que quieres? ¿no vale la pena morir buscando la vida? ¿no vale la pena luchar por aquello que te da la felicidad?

Por favor, cada vez que tengas miedo, antes de criticar, haz autocrítica. Piensa en cómo puedes mejorar. Antes de criticar lee un libro. Antes de criticar escucha una canción. Antes de criticar piensa en aquello que quieres. Antes de criticar cálzate unas zapatillas, sal a fuera a correr y respira.

El mundo te necesita, el mundo nos necesita a todos. Incluso a ti por muy insignificante que te creas. Puedes dar una sonrisa que alguien necesita o puedes dar un abrazo o un simple gesto de cariño. No nos quedemos solos.

Visitar a la soledad puede ofrecerte un sin fin de alternativas y esperanza, pero cada minuto de más se cobra un peaje que acaba dejándote sin nada, vacío.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Tesoros

No tengo mucho tiempo, no puedo estirarlo indefinidamente pero tampoco puedo manejarlo para únicamente quedarme con los buenos momentos y evitar esos que te ahogan internamente.

El tiempo es inalterable. Más poderoso que la muerte. El tiempo corre para todos igual, pero nosotros hacemos que esa duración se sienta como una eternidad o como un suspiro.

Elegir cómo gastar ese tiempo es capital para al final de tu vida echar la cuenta y ver si mereció o no la pena. Por eso, aquellos que han vivido ya bastantes años, en los que el tiempo ha hecho mella te dicen: "básicamente, preocúpate por ser feliz".

Lo curioso es que el tiempo pasa y pasa y esos comentarios siguen apareciendo, lo cual implica que aún no hemos aprendido a aprovechar el tiempo. En definitiva, no hemos aprendido a ser felices. No hemos invertido el tiempo donde deberíamos.

A veces por miedo, otras veces por la influencia de la sociedad, la familia o los amigos, permanecemos perdidos buscando continuamente un camino que nunca llega. Eterna búsqueda convertida en eterna espera.

Pero cuando la cabeza gira en torno a algo o a alguien durante un tiempo largo, uno debe analizarlo, ¿por qué? ¿Por qué estás ahí? Debe importar...

El tiempo es una inversión. Las decisiones son apuestas. En este casino temporal que es nuestra vida uno tiene que decidir en qué creer.

Sé que es una locura, sé que crees que no es lo correcto, sé que crees que no merece la pena, sé que no puedes...

Pero déjame pelear por ti. Porque si uno quiere algo con todas sus fuerzas debe pelear por ello.

No doy la imagen de superhéroe, pero todos los superhéroes llevan un antifaz. Los superhéroes no son lo que parecen. Pero sé que tú eres capaz de ver más allá. Tendrás que confiar en mí, tendrás que creer en mí.

Yo ya he decidido hacerlo durante un tiempo, he decidido creer en ti, he decidido dejarte dentro de mí, aunque a veces duela, aunque a veces provoque que los cables se crucen y hagan clics... siempre estarás ahí...

... porque existen tesoros por los que merece la pena luchar...

martes, 11 de septiembre de 2012

Rutinas

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¿Quién soy? Es complicado saber quién soy.

A lo largo del día paso por distintas personalidades. Me levanto y soy una persona fuerte, con vitalidad, ganas de comerme el mundo, con ideas nuevas, con energía que transmitir a los demás, con objetivos bien definidos. Alzo la persiana, veo el devenir de la gente, veo al mundo activado, puesto en marcha, veo vidas dirigidas, historias que se mueven dentro de un mismo libro y que en ocasiones se juntan para formar capítulos de algo más grande. Pero también reflexiono, analizo, y me doy cuenta que esos pasajes son cada vez más pequeños. Las grandes historias ya no existen porque ya no hay grandes personajes. Ni siquiera hay grandes entornos en los que se desarrollen.

Las grandes historias nacen de grandes valores. Antes el amor daba lugar a guerras. ¿Dónde está ese amor? ¿Dónde está el honor por el que muchos hombres luchaban y estaban dispuestos a perder sus vidas? El honor ha desaparecido de nuestras vidas y lo que es peor, ha arrastrado al amor. Ha cambiado su esencia. Ni siquiera los villanos son verdaderos villanos. Quizás es que no haya héroes a su altura y por eso han bajado su listón. ¿De qué vale ser un gran villano sin tener un gran héroe que te persiga?

Volvamos al principio. Han pasado varios horas del día y la rutina ha hecho efecto en mí. Mis ideas están apartadas, en la cola de espera, pues la rutina se prioriza. El día a día de mi vida me consume. Quizás no sea tan fuerte, quizás no pueda hacer nada, quizás el mundo no se merezca un cambio. ¿Quién demonios soy yo para cambiar el mundo? El Sistema no me lo permitirá...  Un ligero vistazo a mi oficina y veo rutinas, no vidas. Veo obligaciones, no motivaciones. ¿Por qué? ¿Por qué vienes aquí? Ah, tienes una familia que mantener, algo hay que hacer para mantenerse ocupado...

Mi jornada de trabajo finaliza. ¿Qué he aprendido hoy? Hasta este momento nada. Y sinceramente no creo que en este poco tiempo que me queda pueda hacerlo. La sombra de la noche es alargada, la tentación de indagar en otras vidas, más interesantes que la mía, es demasiado alta como para pasarla por alto. ¡Qué bien viven! ¿He perdido el tiempo? No. Debo demostrar que yo también soy importante. Que tengo algo que enseñar...

Hora de dormir. Coloco el despertador en su sitio. Mañana será otro día. Me tumbo en la cama, mis miedos pasan por delante de mí, vivo y siento esa otra vida donde te tengo a mi lado. ¿Le escribo? Eso me haría débil... No, mejor no le escribiré. Seguro que él lo hará. Esperaré esta noche y sino mañana le escribiré.

(Pero mañana será otro día y la persona que se acostó en esa misma cama no será la misma que se levante...)

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domingo, 9 de septiembre de 2012

Encuéntrate.

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¿Por qué? Siempre preguntándote ¿por qué? 

No te has dado cuenta. Ya no eres libre. No eres feliz. La gente se levanta por la mañana y piensa: "hoy es el primer día del resto de mi vida". Como si el resto de tu vida no importara. Como si lo que te ha traído hasta este momento, hasta aquí, hasta mí, no existiera. Intentan partir de cero sin entender el pasado, sin saber cómo han llegado aquí. Esos... esos que intentan cambiar su vida, que ponen una zanja y abren una brecha entre su pasado y su presente sólo consiguen una cosa: comienzan a perderse.

No puedes romper con tu pasado. Las cicatrices no son malas, representan heridas curadas. Representan fortaleza, superación, autoestima. Significa que te hirieron y resististe. Significa que te dolía pero superaste el dolor. El dolor es pasajero, el abandono eterno. ¿Dónde están las cicatrices de tu cerebro? Esas no las puedes ver. ¿Te digo cómo funcionan? Te lo explicaré, es sencillo, se trata de no sentir lo que sentías antes. Cuando te tocas una herida duele, cuando te tocas una cicatriz no. Esto es lo mismo. Cuando miras a alguien que quieres y ya no sientes lo mismo, entonces ha cicatrizado. Cuando donde tenías miedo ahora no lo tienes, es otra cicatriz. Pero las heridas del cerebro no las cura el tiempo por mucho que digan... no, no lo hacen. Quedan abiertas, pendientes, constantes y sino las has cerrado a tiempo influirán, involuntariamente, sobre tu vida. Ahí es donde comienzan a perderse las personas, cuando no saben por qué lo hacen. Por qué cambian sus hábitos, por qué están tristes, por qué no sonríen, por qué no son felices. No lo saben...

Tienes que buscar dentro de ti, donde más duele. Tienes que sufrir, llorar, desnudar tu interior. Tienes que encontrar la herida y superarla. Y créeme, cuando lo logres no querrás empezar a vivir una nueva vida, porque estarás viviendo TU VIDA. Esa que empezó saliendo de tu madre, que el destino se encargó de forjar y por la que peleas cada día. 

Ahí fuera tienes el mundo. Con sus injusticias, sus desigualdades, su dolor, su ira y su miedo. Pero amigo mío, esto es lo que hay. No esperes encontrar nada más allá de la muerte sino has estado dispuesto a encontrar algo en vida. No lo merecerás. Uno nunca sabe donde encontrará la felicidad, pero es seguro que no la encontrará si no sabe ni quién es, ni qué quiere, ni dónde esta.

Encuéntrate a ti mismo y sálvate. Los demás te estaremos esperando.

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martes, 31 de julio de 2012

Ni Retirada Ni Rendición

Una persona importante en mi vida tenía puesto hace mucho en su nick del Messenger (qué tiempos...) "las mejores cosas suceden cuando menos te lo esperas". En un episodio de la grandísima Lost, Sun se encuentra desesperada buscando el anillo de compromiso que había perdido. Ella lo busca y lo busca pero no lo encuentra, entonces aparece John Locke y suelta una de esas frases que permanecen en el recuerdo de uno durante mucho tiempo: "a veces las cosas se encuentran, simplemente, dejando de buscar".

¿Qué hacer durante este tiempo? En Spiderman, Peter Parker, aún si ser Spiderman, le confiesa a su Tío Ben que está perdido, que no sabe qué hacer con su vida, no encuentra un camino que seguir. Tío Ben le da un genial consejo: "un héroe hace lo que puede hasta que su destino le es revelado"

En la fantástica película El Guerrero Pacífico (de obligada visión para aquel que no lo haya hecho), hay una fantástica escena que refleja una gran verdad: disfrutamos más de la recompensa que del camino. El problema es que mientras que la recompensa no es real, podemos alcanzarla o no, puede satisfacernos o no, el camino lo vivimos durante cada segundo que permanecemos en su sendero sin apenas disfrutarlo

Estamos acostumbrados a "vivir" lo que queremos ser sin VIVIR lo que somos. Vivimos pensando que seremos ricos, que seremos felices pero ¿somos capaces de vivir sufriendo? ¿somos capaces de lidiar con el sin sentido, el desconocimiento, la frustración o el sacrificio? Raramente lo hacemos...

Quedaos con estas palabras de la película: "el guerrero es totalmente frágil, ese es su único coraje. La vida es elegir, puedes elegir ser una victima o cualquier otra cosa que te propongas. Un guerrero actúa, el tonto sobreactúa. El futuro es impredecible, ya se verá. No se trata de empezar de cero o parar, simplemente hacerlo."

¿Cómo vas a valorar la felicidad sino conociste la tristeza? ¿Cómo vas a valorar el éxito sino conociste el fracaso? ¿Cómo vas a ser feliz sino aprecias la felicidad de cada momento?

El gran éxito se encuentra detrás del gran sacrificio. El miedo a perder nos ciega y nos pierde en el camino. Pero ¿qué vence al miedo? El deseo vence al miedo. Cuando alguien quiere algo realmente, nada importa. La vergüenza, el dolor, el esfuerzo, todo es relativo. Todo queda apartado. El miedo teme al deseo. Los deseos eliminan las barreas del miedo y te conducen a los sueños.

Si tu deseo se encuentra a un millón de pasos comienza a andar. Todos los pasos, el primero, el número cien, el número novecientos mil, son imprescindibles. En alguno disfrutarás, en alguno sufrirás pero no lograrás alcanzar el deseo sin pasar por cada uno de ellos.

Para todos aquellos que estáis perdidos: dejad de buscar, disfrutad del camino, vivid la realidad y sed conscientes de vuestra fragilidad. Descubrid aquello que más deseáis y los miedos desaparecerán. 

Ni Retirada Ni Rendición.


lunes, 16 de julio de 2012

5 minutos +

Me levante por la mañana y descubrí que desde la mañana uno ya tiene que elegir: 5 minutos más o comenzar un nuevo día. En lugar de dar gracias por respirar, muchos preferimos volver a la irrealidad de nuestros sueños donde no comprendemos qué pasa pero tenemos esa sensación de libertad por no vivir una vida que viviremos dentro de "5 minutos más". 

Vivir dentro de nuestra cabeza: 5, 10, 15 años perdidos... Somos la consecuencia de elecciones, el resultado de una decisión, la imperfecta solución de la teoría del caos, una nueva variable que modifica  nuestro futuro y el del mundo que nos rodea. 

Por eso duele conocer más, por eso dicen que es mejor ser ignorante en ocasiones. Cada vez que tienes noción de una nueva área, de una nueva persona, tienes acceso a un nuevo mundo y empiezas a formar parte de su estructura. Viertes tus opiniones, te empapas de todo lo que sucede y te das cuenta que todo está podrido como en la realidad que conocías esta mañana. Has pasado de estar rodeado de mierda en un cubo a estarlo en una bañera. 

Pasas a modificar un nuevo mundo y a estar rodeado de todas sus variables. Donde antes no veías nombres ahora los ves, donde no veías comportamientos raros ahora obtienes conclusiones, donde no veías conexiones ahora ves autopistas, donde antes veías felicidad ahora ves aduanas de tristeza en cada frontera de cada nuevo pensamiento. 

Podríamos contar hasta 10 billones y seguir contando pero nos aburriríamos. Simplemente colapsa. Hasta la felicidad extrema debe estar equilibrada. El agua es lo que da la vida pero puedo ahogarte. El más largo beso de amor puede convertirse en la mayor tristeza si sabe a despedida. 

Cada pregunta da lugar a una respuesta y cien nuevas preguntas. Cada puerta abierta da lugar a un nuevo mundo que explorar cuando no has solucionado aquel en el que estabas. Cierra puertas, cierra mundos, reduce sentimientos y relaciones. Puedes pasar tu vida intentando solucionar el mundo o morir con tu mundo solucionado. 

5 minutos más o duerme.

miércoles, 20 de junio de 2012

Tú y Yo

Si tuviera que poner título a nuestra relación lo tendría claro: "La historia interminable".

Son muchos años a la espalda para conocernos bien, para tener esa confianza que permite despreciar con una mirada aquello que más quieres aún a sabiendas de que siempre estará presente. Sabes que te necesito y eso es jugar con ventaja. Contigo soy libre, no hay poses, no hay posturas, simplemente son todas mis virtudes y mis defectos puestas a tu disposición. 

Pero no te engañes, tu también me necesitas. Sabes que necesitas esa ración de mí. Conmigo te lo pasas bien, disfrutas, sabes que puedo sacar lo mejor de ti y hacerte disfrutar como pocos lo hacen. Por eso aunque me desprecias siempre acabas encontrándome. Conoces mis puntos débiles y como atraerme a ti. No pasa nada, en ocasiones yo espero pacientemente porque sé que más tarde o más temprano me llamarás.

No te engañaré. En tu compañía he tenido los mejores momentos de mi vida. Sin ti he pasado los peores de la misma. Y por ti he sufrido y aún mantengo cicatrices difíciles de ocultar y que modifican mi personalidad. Pero todo lo que soy es gracias a ti. 

Tú y yo. Yo y tú. Con un tiempo marcado, con actores secundarios que participan en un juego en el que sabemos quién manda. Antes de verte siempre estoy preocupado por si no doy la altura, por si me habré olvidado de lo que fuimos un día, pero me proteges, lo sé, me proteges. Por eso disfruto, contigo soy libre. 

Libre como en ningún otro sitio. Si alguien quiere conocerme de verdad tiene que verme a tu lado. Entonces comprenderá esta difícil mente quebrada y cruzada de pensamientos contradictorios que se alinean perfectamente sólo cuando estoy contigo.

Sé que nos volveremos a dar la espalda, sé que ya no tendremos esa relación que deberíamos haber tenido. No seré tu marido durante toda tu vida, pero sabes que no encontrarás mejor amante que el que escribe.

Te echo de menos sí. Tu a mi también. Aunque ambos lo sabemos, sólo quería recordártelo.


jueves, 24 de mayo de 2012

El Olvido de Maslow

Abraham Maslow fue un conocido psicólogo estadounidense cuyo trabajo de mayor relevancia es la archiconocida "Piramide de las Necesidades". Esta teoría psicológica fue propuesta por Maslow en el año 1943 en su obra Una teoría sobre la motivación humana.

Refrescando la memoria de aquellos que no la recuerden, esta jerarquía de las necesidades establece que todo ser humano requiere de la satisfacción de unas necesidades básicas y que en la medida en que éstas son satisfechas se desarrollan necesidades y deseos más elevados.

En una breve descripción de mayor a menor necesidad:
  • Fisiológicas: respiración, alimentación, descanso, sexo, homeostasis.
  • Seguridad: seguridad física, de empleo, de recursos, moral, familiar, de salud, de propiedad privada.
  • Afiliación: amistad, afecto, intimidad sexual.
  • Reconocimiento: autorreconocimiento, confianza, respeto, éxito.
  • Autorrealización: moralidad, creatividad, espontaneidad, falta de prejuicios, aceptación de hechos, resolución de problemas.
El sentido común humano hace pensar que esto se cumple en todos y cada uno de nosotros pero como bien conocemos, el sentido común es el menos común de los sentidos. Sorpresa: esto no sucede.

Si uno se remonta a la época pre-crisis donde todos eramos felices y el miedo y la incertidumbre habían sido erradicados de la faz de esta hermosa tierra que nos alberga, ¿Qué buscaban esas familias que pedían créditos para una segunda vivienda o para un coche que en condiciones normales no podían ser capaces de comprar? ¿No hipotecaban en cierto modo necesidades fisiológicas como la alimentación o de seguridad como el uso adecuado de los recursos en pro de una necesidades de reconocimiento?

¿Dónde se quedo la moral, a la que se hace referencia en las necesidades de seguridad, en las actuaciones de políticos, empresarios o grandes multinacionales en su búsqueda incesante de reconocimiento y autorrealización?

Simplemente, nos olvidamos de ellas. Simplemente, distorsionamos la pirámide de Maslow. Establecimos una nueva figura donde los cimientos son sostenidos por el tejado. Donde las necesidades más básicas de la persona, y por ende de la sociedad, estaban apoyadas sobre la débil necesidad de autorrealización y de la autoestima. Variables etéreas  asimilables a una droga: una vez probada sólo quieres más y más. En la búsqueda de ese más y más esos débiles cimientos que sostienen lo más necesario del ser humano se hacen más frágiles hasta que llegado un punto crítico se fracturan.

¿Consecuencia del ego humano o adquirido en base a una cultura que fomenta el consumismo y la autorrealización como modelo de éxito?

Seguramente la respuesta a la pregunta sea una combinación de ambas. Ahora, perdidos en la mayor crisis económica de la historia, el ser humano disputa un combate en el que no sólo pelea por reconstruir un sistema sino también por reconstruirse a sí mismo. 

Un olvido con consecuencias sombrías. Recurrir a teorías de 1.943 para solucionar problemas de 2.012 sólo te hace reflexionar que el progreso que eramos capaces de sentir se sustentaba  sobre la destrucción de aquello que más preciamos: la capacidad para sentirnos dueños de nosotros mismos.

sábado, 14 de abril de 2012

La Paradoja de Stockdale

¿Cuántas veces se ha pasado por tu cabeza la sensación de estar perdiendo el tiempo con lo que haces? Si todo ese esfuerzo, pasión, dedicación o sacrificio que das en tu día a día tendrá su recompensa en un futuro. ¿Vale la pena sacrificar tantas cosas? ¿Vale la pena gastar ese tiempo en esta actividad? ¿Valdrá de algo todo ese esfuerzo? ¿Vale la pena gastar tu vida en algo que no sabes si te dará la tan ansiada recompensa?

Deja que te cuente algo que todo el mundo debería saber. Déjame que te presente un nombre que cambiará tu vida. Jim Stockdale.

El almirante Jim Stockdale fue el oficial de mayor rango de Estados Unidos y prisionero del campo Hanoi Hilton durante los momentos más críticos de la Guerra de Vietnam. Estuvo cautivo a manos del enemigo durante nada menos que 8 años, durante los cuales fue torturado en más de 20 ocasiones.

Stockdale vivió todos esos años de cautiverio sin el derecho que ampara a todos los prisioneros, sin saber si existiría una fecha final que diera paso a su liberación o sin saber si realmente saldría vivo y volvería a ver a su familia. Su capacidad de resistencia fue, simplemente, inagotable: se autolesionó para evitar ser utilizado como propaganda por sus captores, utilizó el envío de cartas a su mujer para transmitir información secreta e incluso llegó a crear un canal de comunicación que mitigaba la sensación de vacío de los presos.

Cuando le preguntaron cómo fue capaz de resistir el cautiverio afirmó: "Nunca perdí la fe en el final de la historia. Nunca dudé, no sólo de que iba a salir, sino también de que al final lo conseguiría y convertiría la experiencia en el evento más importante de mi vida y con el tiempo no cambiaría".
Una afirmación llena de fuerza y de fe. Lo curioso, y es aquí donde comienza la paradoja, fue su respuesta a la pregunta: "¿Quién no lo consiguió?". Su respuesta fue contradictoria: "Los optimistas."

¿Cómo es posible que los optimistas no lo consiguieran? ¿Acaso ellos no tenían fe? La explicación de Jim Stockdale fue la siguiente: "Los optimistas en Navidad decían: "en Navidad estaremos fuera". Y llegaba Navidad, y pasaba Navidad. Entonces decían: "Por Pascua estaremos fuera", y llegaba Pascua, y pasaba Pascua. Y entonces el Día de Acción de Gracias, y entonces volvía a ser Navidad otra vez. Y se morían porque se les partía el corazón."

Esta es la Paradoja de Stockdale. Tu esfuerzo actual no garantizará tu éxito futuro, pero sin él no serás capaz de alcanzarlo. Conserva la fe en que al final prevalecerás independientemente de las dificultades, y al mismo tiempo, haz frente a los hechos más adversos de tu realidad actual, cualquiera que sea.

Me parece una enseñanza idónea para estos tiempos que corren y en los que la sociedad parece destinada a hincar la rodilla.

¡ÁNIMO!

domingo, 1 de abril de 2012

Invierte Energía

Tú eres una empresa. Tú debes ser capaz de gestionarte y decidir hacia donde diriges y empleas tus recursos, entre ellos, tu tiempo y tu energía.

No soy capaz de explicar el cómo o el por qué, pero llega un momento en nuestras vidas en el que realizamos inversiones de energía. Dicho así parece que me he vuelto loco, pero espero que entiendas la siguiente explicación. 

El amor lo cambia todo. Nosotros, de forma voluntaria o no, llevamos a cabo un proceso en el que asociamos nuestra existencia y nuestro día a día al de otra persona. La forma en la que percibimos la realidad cambia y nuestra energía ya no nos pertenece de forma individual. Nuestro estado de ánimo pasa a estar dominado por otra persona. Nos roba la energía con una curiosa cualidad: si la relación estrecha lazos, la energía no sólo retorna sino que lo hace en una mayor cantidad e intensidad. Podemos poner como ejemplo de esto cómo ante una situación de desánimo, desilusión o preocupación, un abrazo o un beso provoca una subida de nuestro estado de ánimo. Nos "enchufa" a la vida.

Invertimos ilusión, tiempo o pensamientos en las personas. Esa inversión conlleva una salida de nuestra energía con la finalidad de un crecimiento de la misma, especialmente si tenemos la reciprocidad que esperamos. De no ser así la perdemos como el que pierde su dinero apostando a la ruleta y para volver a apostar pasan varias cosas:
  • Debemos generarla.
  • Cuánto más invertimos, más perdemos y por lo tanto más tardaremos en recuperarnos.
  • Los daños colaterales que se representan en tener la valentía para volver a invertir.
Disponemos de amor y energía para invertir. Al igual que nuestro dinero, podemos guardarlo en el colchón, lo cual significa evitar todo tipo de posibilidad para que aparezca en nuestra vida esa persona, o bien podemos buscar un aumento de nuestra felicidad (energía) volviendo a apostar.

Cada uno elige. El miedo interviene, la confianza también y eso provoca que la elección sea complicada.

"El que no arriesga no gana"
"El que mucho abarca poco aprieta"

Aquí no hay equilibrios. No hay grises. O apuestas o vete a casa.

miércoles, 21 de marzo de 2012

¿Quieres hacerte rico?

Si la respuesta a la pregunta que plantea el título de este post ha sido sí, en primer lugar, debes cambiar la percepción que tienes de alcanzar la riqueza. Económica se entiende. 

Los ricos no se hacen, los hacen. A no ser que dispongas de una cualidad divina que permita multiplicar los billetes tal y como Jesús multiplicaba los panes y los peces o a no ser que dispongas de la tan buscada piedra filosofal, olvídate de hacerte rico a ti mismo. Necesitarás atraer la riqueza del resto y cuántos más adeptos afilies a tu causa, más cantidad de riqueza generarás, pues un millón de mínimas participaciones suele ser, aunque no lo parezca matemáticamente, una cantidad mayor que una aportación de un millón.

¿Cómo consigues eso? Ahí radica el problema querido amig@. ¿Cómo convencer a una ingente cantidad de personas para que me den parte de su riqueza de forma voluntaria? 

Mi experiencia me dice que existen dos caminos. Por un lado tenemos a los que dicen "montemos algo para forrarnos" cuyo único objetivo es generar dinero sin importarle una mierda cómo hacerlo, sin tener en cuenta cómo lo recaudas y sin preocuparte por la persona que te está haciendo rico. Es un camino, cierto, pero es como el lado oscuro del mundo de Star Wars: más rápido, más fácil, más seductor y, permíteme añadir, más peligroso y más breve pues de una forma u otra la no reciprocidad en la búsqueda del beneficio acaba apagando y consumiendo la llama que sustenta a la riqueza de uno u otro modo.

El segundo camino es más romántico. Dar algo a la sociedad. Algo que valoren, que les conmueva, que les haga la vida más fácil o que simplemente decidan hacer parte de su vida. Los ejemplos los puedes encontrar dentro de la lista Forbes pero yo te mostraré algunos.

Steve Jobs creo Apple y proporcionó a la sociedad elementos tan imprescindibles en la actualidad, porque así lo hemos querido, como el Iphone, el Ipad o el Mac.

Mark Zuckerberg creo Facebook, la red social número uno del planeta que cambio la forma de relacionarse para siempre. 

Tengo más ejemplo de millonarios de este tipo: Leo Messi, Beyoncé, Lady Gaga, Tom Cruise, J.K. Rowling...

Todos y cada uno de estos millonarios aportan algo a la sociedad, un elemento tan valioso en sus vidas que provoca que, de forma voluntaria, cedan parte de su riqueza. No les importa hacerse más pobres o hacerles más ricos, pues transforman dinero en sentimientos, positivos, que se derivan de una agradable lectura, escucha musical, vista de un evento deportivo o visionado de una película.

Lo más importante que quiero transmitir es lo siguiente: estos millonarios no querían ser millonarios. Sólo querían transmitir su virtud a una sociedad que la ha reconocido y la ha valorado en términos económicos, billetes o ceros en la cuenta corriente para ser más precisos.

Ser millonario ha sido consecuencia y no causa de sus actos. Así que amig@ mío antes de ser millonario preguntate:

¿Qué puedo aportar yo a la sociedad? 

miércoles, 14 de marzo de 2012

Héroe o Villano

"O mueres como un héroe o vives lo suficiente para convertirte en un villano"

No hay personalidad que 100 años dure. Ni siquiera los cimientos sobre los que nuestra conciencia se asienta cómodamente son inalterables al desgaste constante del día a día. 

Nuestra personalidad simplemente crece y se desarrolla junto a nosotros. Nuestras creencias varían con el paso del tiempo y con los hechos que nos afectan. Nuestra fe en la religión, en el destino, en las personas, en los valores que consideramos justos no son como este blog, Constantes.

Ni siquiera el amor es constante. Vemos a menudo como relaciones que desprendían este sentimiento rompen a menudo sin dejar rastro del mismo. Esa persona que para nosotros era imprescindible, que no nos dejaba dormir, en torno a la cual organizábamos lo más preciado que tenemos, la vida, varía. Pasa de ser el centro del mundo a no formar parte de nuestro radio de acción.

Nadie nace siendo un hij@ de puta. Nadie nace deseando la muerte. Nadie nace importándole una mierda el resto. Nadie nace egoísta. 

Somos una raza interesante con una capacidad curiosa para transformar la percepción de la realidad. Podemos considerar una misma escena como un drama o como un paraíso y cambiar esa percepción en una milésima de segundo. 

Nuestro cerebro nos engaña continuamente. ¿Cómo es posible que aquello que nos gustase ahora lo detestemos? ¿Cómo puede ser que tus sueños se transformen en tus pesadillas? ¿Cómo puede transformarse el amor en odio simplemente por una cuestión de percepción? ¿Cómo puedes pasar de la gloria al infierno? ¿Cómo tu mejor amigo se transforma en tu mayor enemigo? ¿Cómo tu pareja con la que compartes tu vida puede pasar a ser una mancha en tu expediente?

Nada permanece constante. Bueno, miento, si hay algo que siempre se mantiene constante en los seres humanos: el miedo. La inalterabilidad del miedo en nuestra vida crea alterabilidad en la percepción de la misma. Por miedo hacemos o dejamos de hacer. Por miedo nos transformamos. El miedo nos acompaña durante toda nuestra vida, por lo que en la medida en que el tiempo hace mella sobre nosotros su incidencia es aún mayor.

Disponemos del tiempo justo para morir de acuerdo a nuestras creencias o pasar a ser villanos del sistema.

domingo, 4 de marzo de 2012

Benditas Malas Noticias

"Las grandes oportunidades en la vida suelen venir disfrazadas de malas noticias"

La frase la recogí en Twitter, el medio de comunicación con hasta el momento más libertad y menos influencia que existe, escrita por Risto Mejide. Desconozco si es cosecha propia o no. Es lo de menos, a mí me dio mucha información.

Mis 2 últimas semanas no han sido demasiado positivas. Esto es, no han recogido buenas noticias de esas que hacen que amanezcas con una sonrisa cada mañana. Más bien son de esas que hacen que te preguntes qué estás haciendo realmente con tu vida, si no estas perdiendo el tiempo invirtiendo en el Sistema, siguiendo la corriente. Reflexionas sobre si realmente existe la posibilidad de luchar contracorriente o es mejor dejarse llevar y asumir que este río de tu vida se encuentra abocado de una u otra manera a acabar en el mar. 

Lo más relevante de las malas noticias es que te hacen pensar y eso, como escribí en un post hace un tiempo, es algo a lo que las personas nos hemos desacostumbrado a hacer. 

En el sensacional speech de Un Domingo Cualquiera, película de culto para todo aquel que la ha visto, se recoge lo siguiente: "Cuando te vuelves viejo se empiezan a perder cosas, es parte de la vida. Pero, tú solo aprendes eso cuando empiezas a perderlas, te das cuenta que la vida es un juego de pulgadas." 

Quiero enlazar esta última idea con las consecuencias de las malas noticias. Las malas noticias, al igual que el paso del tiempo, te muestran lo que realmente importa. Con una sutil diferencia: las malas noticias son previsoras mientras que con el tiempo no se puede dar marcha atrás.

Las malas noticias y los malos momentos te despojan de toda influencia del Sistema, desnudan tu alma para devolverla a ese estado original en el que eras libre de pensar y de soñar. Nos hemos acostumbrado a soñar dormidos porque no somos capaces de hacerlo despiertos. Estamos demasiado confusos, demasiado influenciados por toda la información a la que nos vemos expuestos y no nos paramos ni 5 minutos a luchar por lo que queremos. 

Pero las malas noticias te lo enseñan, pues hieren tu orgullo. Te muestran qué es lo que realmente te hace daño y qué es lo que realmente te hace sentir feliz. Te muestran qué es lo que realmente quieres conseguir, qué es lo que realmente valoras, a quién realmente quieres, quién merece la pena. Te hacen soñar mientras tienes los ojos abiertos. 

Despejan los árboles del bosque para mostrarte el camino. En definitiva: te dan un por qué.

Y como bien reza la frase más importante que leo cada mañana

"El que tiene un por qué para vivir, puede soportar cualquier cómo"

- Benditas malas noticias -

lunes, 13 de febrero de 2012

La Consecuencia.

Somos una consecuencia. El producto de una combinación aleatoria e infinita de variables que ha desembocado de forma irremediablemente alocada en una vida.

¿Hemos pedido vivir? ¿Hemos pedido que nos traigan a este mundo? Nadie lo ha hecho. Nadie sabe por qué está aquí. Cuál es su razón, su propósito, su destino. Ni siquiera nos han enseñado las reglas del juego. Conocemos que esto lleva sucediendo mucho tiempo, se supone que 2000 años al menos.

Se supone que hubo una evolución humana, que hubo imperios, que hubo grandes humanos, que hubo grandes ejércitos, que hubo grandes mentes capaces de pintar, de inventar, de desarrollar complejas teorías matemáticas, pero la verdad es que es el mismo acto de fe pensar que existió Jesús y que existieron los dinosaurios.

Me considero un hombre más de ciencia que de fe, pero las cosas están cambiando. La ciencia requiere de una necesidad extrema de pruebas, de hechos, cuándo muchos de sus hallazgos sólo se sostienen por las teorías primitivas que hemos aprendido unos de los otros desde tiempos remotos.

Carecemos de un pensamiento propio, de una capacidad de reflexión. Necesitamos de hechos para creer. Hemos perdido la inocencia y la fantasía de un niño. Cuando somos pequeños y aún no estamos programados, creemos. Creemos en princesas, en mundos fantásticos, en un mundo perfecto. ¿Por qué creemos eso y no un mundo de miseria, odio o resentimiento? ¿Por qué un niño, incluso naciendo en la más extrema pobreza, puede pensar en un mundo mejor? 

"Todo está en los libros, el conocimiento se halla allí", nos repiten de forma sistemática.  Hemos enterrado la capacidad de soñar despiertos. Hemos enterrado la capacidad de ver a través de los demás. Nos hemos limitado al mero hecho de los hechos, resignados a no ser más que una mera comparsa del sistema. TODOS.

Encontramos la motivación en frases de otros. Damos o quitamos la razón porque la mayoría piensa así o porque algo "está probado". "Es así y punto." Me hace gracia una frase que se escucha en una clase de ciencias cuando la ecuación se vuelve demasiado compleja: "esto os lo tenéis que creer."

Desde el momento en que nos leen el primer libro nos hacen presa de lo ya conocido. Condenan a tu imaginación a una prisión eterna. Te atemorizan. Te describen un sólo camino. El camino ya marcado y ya aprendido. 

"Todo está inventado". 

La ciencia jamás podrá demostrar quién o qué creó el invento de la vida.

"Y sin embargo... se mueve."

domingo, 5 de febrero de 2012

¿Por qué soy difícil de entender?

En el funcionamiento jamás comprendido de nuestra vida, las elecciones, oportunidades, decisiones, comportamientos y actos se suceden día tras día y noche tras noche.

Mucha gente afirma que uno no puede saber a dónde dirigirse sino sabe de dónde viene. Pues bien, esta es la situación de la cual partimos todos y cada uno de nosotros. Sin un propósito, sin una razón que lo justifique, sólo somos deseo. Deseo, algo tan inmaterial, incuantificable e intangible que aún si cabe pone más interrogaciones a nuestra llegada a esta situación que llaman vida.

Repito. Partimos del deseo, otros del amor, otros quizás de la pasión, incluso otros puede que de una equivocación de dos personas. Y es en ese momento cuando los sentimientos toman forma física. Sí, el amor se puede tocar. Nosotros somos el resultado del amor de nuestros padres, de su pasión, el objeto del deseo. La esencia que da forma a una vida. Las personas son el reflejo y los recuerdos de todas las vidas anteriores que dieron lugar a esta última. Una escultura tallada a través de los sentimientos. Sentimientos intangibles que cobran forma física.

Interesante comprobar como las frases "qué difícil es entender los sentimientos" o "qué difícil es entender a las personas" se escuchan habitualmente. 

Compartimos la misma esencia, estamos hechos de la misma materia. Somos especiales y distintos. Somos extraordinarios precisamente porque somos la prueba de que los sentimientos existen y que, además, se pueden tocar.

lunes, 23 de enero de 2012

En la Oscuridad.

¿No resulta sorprendente? Millones de luces encendidas durante la noche justo en el momento en que menos personas se encuentran en la calle. Si hiciésemos un estudio de energía por peatón, la gente nocturna tendría un gasto al que difícilmente podría llegar a fin de mes. Pero así va el tema. 

Puedes pensar que la gente caminaría a oscuras y se perdería pero yo he caminado a la luz de la luna y se ve perfectamente. Las luces sólo reflejan un miedo interior, el miedo a la oscuridad. Como si la oscuridad o la noche fuera evitable, como un irremediable sentimiento de no tener que pasar por ello. Como un gesto inquebrantable de firmeza y poder del YO universal que refleja un "estoy por encima". 

Todos y cada uno de nosotros evitamos nuestra oscuridad. Evitamos salir ahí fuera a un lugar conocido pero en el que no hay guías, donde los sentidos necesitan de su máxima eficacia para no perdernos, para orientarnos, para percibir. 

En nuestra oscuridad nuestros ojos ven más allá de lo que hacen en la vida real, nuestro tacto es capaz de abrazar cada ráfaga de viento, nuestro olfato es capaz de respirar y distinguir el sabor del aire y nuestro oído, con un poco de suerte, es capaz de escucharnos a nosotros mismos.

En la oscuridad cada uno de nosotros suma más pero todos la evitamos. 

Preferimos llenarlo de farolas y lo único que iluminamos es el trayecto hacia un nuevo y repetitivo día normal de nuestra vida.


miércoles, 18 de enero de 2012

Una Carta de Amor

No esperes encontrar en mis textos una carta de amor al uso. Este Cupido no tiene alas y viste sólo calzoncillos con cara de inocente niño capaz de descifrar en los adultos lo que desconoce como querubín.

No es el caso. Voy vestido con ropa casual y tengo a mis besos, miradas y caricias como mis flechas directas hacia aquello que más proteges y que con frecuencia poco sigues, dejándote guiar por la racionalidad que un órgano inamovible dicta. Me gustaría saber si es el corazón el que permite funcionar al cerebro o es el cerebro el que hace latir el corazón, pues eso marcaría donde se encuentra la razón para que lo que sientas, miras o crees sean percibidos como una verdad, una mentira o una causa que acabe en consecuencia.

Ya lo sabes, anímate a creer en la realidad de lo desconocido. ¿Has visto la felicidad? ¿Has visto la tristeza? ¿Has visto el amor? ¿Entonces por qué no crees en el alma de las personas o en la tuya propia? ¿Por qué no sigues el instinto que más racional te hace?

Tiendes a hacerlo todo más complejo de lo que realmente es para no tener que dar un sentido simple a tu existencia. ¿No basta sólo el querer a una persona para dar sentido a una vida? ¿Por qué complicas los besos? ¿Por qué complicas los sentimientos? ¿Por qué complicas tu comportamiento cómo si hubiera una siguiente oportunidad en la que mostrarlos?

Buscas un Robin Hood que rescate tu simplicidad sobre la complejidad de mundo que te has creado. Ya lo sabes, dime que mis besos no rescatan tu alma de tus miedos, dime que mis caricias no llevan tu realidad a un lugar donde nada de lo vivido con anterioridad importa y donde el futuro que te preocupa es el siguiente instante, dime que tus miradas no ven el paraíso envuelto en llamas y que nada de eso te asusta.

Condenaste a tu alma a una cadena perpetua pero ahora condenaremos a tu cerebro, pues un sentimiento es la cárcel de todo cerebro. No tengas miedo a que todo esto pase, mis recuerdos son estigmas que no dejan cicatrices.

Dime qué darías por una noche más...



domingo, 8 de enero de 2012

El Sistema

Es muy difícil encontrar una definición global y entendible para el concepto de Sistema. Es complicado, porque aunque es una palabra que aparece con asiduidad en textos o conversaciones, no siempre tiene la misma definición. Lo cual implica cierta ambigüedad en su utilización.

Para la RAE, un sistema, referido a sólo esa palabra, tiene 7 significados. En 6 de esas 7 acepciones la palabra "conjunto" aparece en su comienzo. Por lo tanto podemos decir que cuando hablamos de un sistema hablamos de un conjunto de cosas.

Para mí, un sistema no es conjunto como tal, sino una forma reguladora que ordena y da sentido a cada uno de los integrantes que forman un conjunto para la consecución de un objetivo. Un sistema define roles, comportamientos, limitaciones de las actuaciones, etc. Pero lo más importante, lo sustancial de todo, es que un sistema viene determinado por un elemento de autoridad que no es más que aquel que define esos roles o comportamientos.

En un equipo de fútbol lo encontramos en un entrenador. Él dispone a 11 jugadores en un campo. Establece como se tienen que ordenar, cuáles son los roles de cada uno de ellos, qué se requiere de cada uno y cómo deben actuar de forma coordinada para la consecución de un objetivo, la victoria.

En el ejército lo encontramos en los generales y en la larga cadena de mando que obedece las órdenes marcadas con rectitud.

Hay que destacar que todo sistema tiene garantizada su supervivencia mientras se confíe en estas autoridades, de no ser así, los integrantes del conjunto no acatarán las órdenes, no las ejecutarán de forma efectiva y como consecuencia no se alcanzará el objetivo. El sistema falla.

Si nos vamos a la sociedad, muchos dan varios nombres al sistema: capitalismo, anarquía, democracia, dictadura, etc.
En nuestro sistema, o al menos como yo lo veo, existen cuatro poderes fundamentales (habrá alguno más pero son los primeros que se me han ocurrido rápidamente, por lo que doy por sentado que la agilidad mental para llegar a ellos es la que les da importancia): los partidos políticos, los medios de comunicación, las entidades financieras y el poder judicial. 

También bajo mi punto de vista, somos muchos los que ya sabemos que los medios de comunicación y el poder judicial se encuentran enórmemente influenciados por la política, por lo que su influencia en el sistema se ha reducido y es sólo una mera herramienta efectiva de aquellos que se encuentran en el poder.

Nos quedan dos bazas: entidades financieras y políticos. ¿Quién manda a quién? ¿Son los políticos los que regulan el comportamiento de las entidades financieras o son las entidades financieras las que influyen sobre el comportamiento de los políticos en sus distintos dictámenes?

Sea de una forma u otra no es lo importante. Como decía anteriormente, la supervivencia del sistema se garantiza por la confianza de sus componentes en las autoridades que les rigen. La ciudadanía ha demostrado con sus comportamientos y sus actitudes que ya no confían ni en unos ni en otros, por lo que al igual que el entrenador en el que no confían sus jugadores o el general al que ya no respetan sus hombres el futuro es clarividente:

EL SISTEMA DEBE SER CAMBIADO.