miércoles, 18 de enero de 2012

Una Carta de Amor

No esperes encontrar en mis textos una carta de amor al uso. Este Cupido no tiene alas y viste sólo calzoncillos con cara de inocente niño capaz de descifrar en los adultos lo que desconoce como querubín.

No es el caso. Voy vestido con ropa casual y tengo a mis besos, miradas y caricias como mis flechas directas hacia aquello que más proteges y que con frecuencia poco sigues, dejándote guiar por la racionalidad que un órgano inamovible dicta. Me gustaría saber si es el corazón el que permite funcionar al cerebro o es el cerebro el que hace latir el corazón, pues eso marcaría donde se encuentra la razón para que lo que sientas, miras o crees sean percibidos como una verdad, una mentira o una causa que acabe en consecuencia.

Ya lo sabes, anímate a creer en la realidad de lo desconocido. ¿Has visto la felicidad? ¿Has visto la tristeza? ¿Has visto el amor? ¿Entonces por qué no crees en el alma de las personas o en la tuya propia? ¿Por qué no sigues el instinto que más racional te hace?

Tiendes a hacerlo todo más complejo de lo que realmente es para no tener que dar un sentido simple a tu existencia. ¿No basta sólo el querer a una persona para dar sentido a una vida? ¿Por qué complicas los besos? ¿Por qué complicas los sentimientos? ¿Por qué complicas tu comportamiento cómo si hubiera una siguiente oportunidad en la que mostrarlos?

Buscas un Robin Hood que rescate tu simplicidad sobre la complejidad de mundo que te has creado. Ya lo sabes, dime que mis besos no rescatan tu alma de tus miedos, dime que mis caricias no llevan tu realidad a un lugar donde nada de lo vivido con anterioridad importa y donde el futuro que te preocupa es el siguiente instante, dime que tus miradas no ven el paraíso envuelto en llamas y que nada de eso te asusta.

Condenaste a tu alma a una cadena perpetua pero ahora condenaremos a tu cerebro, pues un sentimiento es la cárcel de todo cerebro. No tengas miedo a que todo esto pase, mis recuerdos son estigmas que no dejan cicatrices.

Dime qué darías por una noche más...



1 comentario:

  1. Eres un máquina.
    Muy grande lo escrito, más grande aún lo sentido...

    Gracias Gerar...

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