Quieres tener a tu lado al príncipe azul pero jamás darías el beso a la rana porque no cumple con una primera impresión gratuita y dejaron de encandilarte los intangibles.
Quieres jugar la final de la Champions pero no estás dispuesto a entrenar en barro, vivir suplencias, vivir injusticias y lesiones.
Quieres escalar el Everest pero no estás dispuesto a pasar frío.
Quieres ser el mejor maratoniano pero no estás dispuesto a levantarte a las 7 de la mañana para correr.
Quieres ser madre pero no estás dispuesta a sacrificar el resto de tu vida para entregárselo a tu hija.
Quieres tener pareja pero no estás dispuesto a vivir los celos o cerrarte de por vida a hacer el amor con una persona.
Quieres ganar grammys pero no estás dispuesto a tocar en un club de mala muerte con borrachos como público.
Quieres ganar grammys pero no estás dispuesto a tocar en un club de mala muerte con borrachos como público.
Quieres ser justo y honesto pero no estás dispuesto a ser el único en este mundo.
Quieres grandes aventuras pero sólo si tienen un final feliz.
Estás dispuesto a marcharte fuera del país pero sólo con un contrato de trabajo bajo el brazo.
Quieres creer en Dios pero no estás dispuesto a entender por qué arrebata la vida de los que más quieres.
Quieres creer en Dios pero no estás dispuesto a entender por qué arrebata la vida de los que más quieres.
Entonces te paras a pensarlo y te das cuenta:
El deseo no vale una mierda, las acciones son los pasos que te llevan a tu próximo destino.
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