martes, 19 de julio de 2011

The Only One

No existe una razón para explicar esa sensación.

A lo largo del día experimentamos sensaciones, pero no somos capaces de valorarlas, apreciarlas o sentirlas hasta que nos centramos en percibirlas. No somos capaces de saber apreciar una brisa hasta que no te sientas frente al mar, mirando al infinito, con la mente vacía... SOLO.

Desde que venimos a este mundo tenemos lazos de unión hacia algo: nuestra familia, nuestra ciudad, nuestro país, nuestro planeta...  ¿pero en realidad qué somos? Somos únicos, imperceptibles y diminutos frente a la grandeza del universo, pero únicos. No hay nadie más como uno mismo, ni siquiera un hermano gemelo. Somos distintos, con pensamientos distintos, creencias distintas, miedos distintos, amores distintos, sentimientos distintos... somos nuestra joya más preciada. No hay nada exactamente igual a nosotros. Y eso tiene que tener un valor incalculable.

Y el problema es que siempre tratamos de adaptarnos a todo lo que nos rodea, ¿pero cuándo nos adaptamos a nosotros mismos? Intentamos estudiar lo que se nos dice, buscar un trabajo que nos guste, gustar a una persona, casarnos, tener hijos, tener buenos amigos, cumplir con la familia, ¿Pero cuándo cumplimos con nosotros?

¿Cómo te sientes cuándo estás sólo en la cama, antes de irte a dormir? ¿Cómo te sientes cuándo estás solo en la playa mirando al infinito? ¿Cómo te sientes cuando vas de camino al trabajo sólo en tu coche, en el tren o en el avión? ¿Cómo te sientes cuándo estás solo con tu música preferida navegando en tus pensamientos y tus recuerdos? ¿Cómo te sientes cuando te estás dando una ducha y sientes caer el agua por tu cuerpo o cuándo disfrutas de un baño y total relajación?

Ahí sí que estás tratando contigo mismo, mirándote a un espejo que no existe pero pudiendo sentir su reflejo. Buscando encontrar el sentido a lo que hacemos, buscando que nuestras decisiones sean acertadas, encontrar una solución a los problemas, buscando que todo esto algún día encaje y merezca la pena. Dudando de las decisiones que tomamos, sintiendo nuestros miedos, tratando de encontrar un sentido al destino. Buscando únicamente sentirse orgulloso de estar aquí.

Siente tu piel, tu mirada, tu respiración, tu mente volando hacia lo imposible, tu corazón latiendo en el interior de tu cuerpo, tus miedos, tu esperanza... tú eres tu mejor arma. Pensamos que debemos dar gracias por el aire respirado o por la arena de la playa que nos acaricia, por los amigos que tenemos, por la persona que nos ama, por pasar un día más en este mundo. Pero las gracias te las dan ellos, por entrar en contacto con nosotros y dejarles sentir algo único que una vez se vaya no volverán a sentir.

Olvídate de todo lo demás. En este mundo y en esta vida la joya única es cada uno de nosotros y nadie podrá disfrutarlo más cuando nos hayamos marchado.

Tú eres tu mejor tú.

1 comentario: