martes, 1 de octubre de 2013

Te voy a contar un secreto

Te voy a contar un secreto: eres un/a mierda.

Eres un/a mierda desde el momento en que no eres capaz de luchar por tus sueños. Cuando decides hincar las rodillas, juntar las manos y dejar que te esposen a una vida sin sueños que perseguir, sin felicidad que alcanzar. Cuando decides que nadar contracorriente es mayor esfuerzo que dejarse guiar por la marea.

Eres un/a mierda desde el momento en el que te levantas cada día con una pareja a tu lado a la que has puesto los cuernos y aún sigues escribiéndole que es lo mejor que te ha pasado en la vida o subiendo fotos con esa persona para que el resto vea que eres feliz, que encontraste el amor.

Eres un/a mierda desde el momento en que decidiste considerarte una mierda para resignarte a caer en lo más bajo y someterte a un perdón consentido a una persona que no lo merece sólo por el hecho de que valoras más un abrazo, un beso o un polvo a una humillación, a un desprecio o a una falta de respeto.

Eres un/a mierda cuando enterraste el amor que deseabas simplemente porque te costaba alcanzarlo, no estabas preparad@ o tuviste tanto miedo que no estuviste dispuesto a soportar el gran dolor para poder obtener la gran felicidad. Pensaste que un clavo saca otro clavo pero no te diste cuenta que son los pequeños detalles los que marcan la diferencia y que no es lo mismo volar unas horas que hacer que el tiempo se detenga.

Eres un mierda cuando decidiste criticarnos.

Sí. A aquellos que todavía podemos mirar a los ojos a todo el mundo y decirle la verdad. Aquellos que dormimos con la conciencia tranquila sabiendo que jamás nadie nos podrá reprochar nada. Que fuimos esa persona que más luchamos por ese algo o ese alguien. Porque entendemos el sacrificio como una posibilidad de perder. De gastar todo nuestro tiempo sin recompensa. De aquellos que saben que incluso sin alcanzar la recompensa vale la pena luchar por un minuto más, por una bocanada de aire, por un segundo mirándote a los ojos, acariciándote, besándote o riendo contigo.

Porque esta sociedad acabará con nosotros, más pronto que tarde. Y entonces os quedaréis solos. Vacíos. Viviendo la mentira. Con la cabeza agachada. Con la sonrisa en las fotos. Con los sueños escritos en frases de Facebook.

Y entonces os tendremos que dar las gracias. Pues no hay mayor verdad que una muerte digna y una mayor pena que una vida perdida en la mentira.

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