sábado, 9 de abril de 2011

La paradoja


La vida cambia de dirección en un solo segundo.

Un paso mal dado te puede provocar un esguince. Coger el coche 5 minutos más tarde contempla una nueva realidad. Nuevos coches con los que te cruzas, nuevas personas, nuevas posibilidades de pararte en semáforos, de escuchar en la radio unas u otras canciones, de encontrar un aparcamiento u otro a la hora de llegar al destino. Y ese aparcamiento vuelve a determinar un camino en el que nuevas posibilidades vuelven a abrirse y todas ellas también coincidentes con las decisiones tomadas por aquellos con los que te cruzas, con los cuales de una manera u otra estás conectado porque ambos llegasteis al mismo instante de la realidad.

La teoría del caos que dicen. No me voy a meter en líos físicos, no es lo mío. Pero sí lo es hacer una breve referencia a como afrontamos el día a día muchos de nosotros. Planificándolo. Planificamos todo o casi todo. Qué vamos a hacer mañana, qué queremos ser en el futuro, con quién vamos a quedar mañana, qué ponemos en un sms (no vaya a ser que 2 o 3 palabras impidan que tengas suerte con el chic@ en cuestión), con qué ropa vamos a salir o donde nos vamos a ir en verano. Estoy seguro que puedes contestar a todas estas preguntas:

¿Qué tienes pensado hacer en las próximas dos horas?
¿Dónde tienes pensado ir en verano?
¿Si te tocara la lotería, dónde te irías de vacaciones? ¿Qué coche te comprarías?
¿Quieres estudiar o trabajar?
¿Vas a llamar a tu chic@?
¿Dónde vamos a cenar?
¿Qué película vamos a ver hoy?
¿Cómo tienes pensado llamar a tus hij@s?
¿Qué piensas de la muerte?

A los que habéis respondido que es una putada. Intentad darle una respuesta más profunda. Casi seguro que has podido responder en menor tiempo las 8 primeras preguntas que la última. ¿Y sabes una cosa? Sólo la última es seguro que suceda.
Nos preocupamos constantemente por controlar un futuro impredecible y no gastamos ni un minuto en pensar en la muerte. Un hecho que nos acompaña desde el primer al último segundo de nuestra vida, el único. Creo que sí merece una mayor reflexión de la que se le da. Puede que por ello nos afecte tanto cuando se produce o lo vemos alrededor.

Esto merece profundizar más, pero no lo haré, tengo que pensar si me afeito o no que esta noche tengo cita.

Esa es la paradoja, gastamos TODO el tiempo en pensar acerca de lo IMPREDECIBLE y no gastamos NADA de tiempo en pensar en lo único PREDECIBLE.

100%. La muerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario