sábado, 12 de marzo de 2011

Rápida reflexión

Hoy me ha impactado leer la definición de Empresa.

Sobre todo por la finalidad que tenía: obtener beneficio económico o lucrarse.

Es cierto, pero yo quiero darle otra definición, una empresa no tiene que ser eso únicamente. No seré hipócrita, el dinero es necesario, pero podría considerarse como una consecuencia de su actividad, no como la causa de su nacimiento.

Una empresa da trabajo, satisface necesidades a los clientes, es una imagen en la que se fijan muchas personas y crea riqueza, que va más allá de la económica en muchos aspectos. Orientados a esos valores, estoy seguro que las empresas tendrían mucho más éxito.

Ahora mismo consideramos que nuestra vida es buena o mala, la situación de un país es buena o mala, la opinión de los mercados financieros es buena o mala, dependiendo de una sola variable, el dinero. Si dejamos que el dinero sea la única causa que motive la vida, mal vamos. Únicamente lucharemos por amasar más y más cantidad de dinero y asociaremos nuestra felicidad al dinero que tengamos.

Hay que abrir los ojos a la gente, hay que dar más alternativas por las que vivir. ¿Realmente quieres un Ferrari o la sensación de cómo te sentirías teniéndolo? Esa sensación se puede obtener en la mirada de un niño el día de Reyes, en la satisfacción de un buen día de trabajo, en el beso o el abrazo de una persona que quieres o en la consecución del mundial de fútbol por tu país.

Cambiemos la perspectiva, cambiemos el prisma y quizás cambiemos la percepción de aquellos que ven en nuestras posibilidades de futuro la posibilidad o no de hacer frente a las deudas.

Al fin y al cabo, la realidad sólo es cuestión de percepción.

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