sábado, 12 de marzo de 2011

Tiempo y entorno

Es bastante "simpático" observar como nuestro estado de ánimo depende en gran medida del entorno y como no nos preocupamos en cuidarlo.

Seamos sensatos, ¿acaso no somos felices cuándo nos despertamos y vemos un bonito cielo azul, despertándonos viendo la cara de la persona que amamos, viendo las fotos y comentarios de nuestros amigos o simplemente manteniendo una conversación en la que escuchamos a nuestros familiares?

Ahora bien, ¿cuánto de nuestro tiempo nos preocupamos en no contaminar para tener un cielo azul?, ¿nos preocupamos lo suficiente por estrechar y nutrir los lazos con familiares, amigos, novios o esposos?

Seguro que no todo el que desearíamos. Son muchos los que al acabar el día, la semana, el año, piensan o afirman: "se me ha pasado todo tan rápido que ni me he dado cuenta".

Vale, ahora piensa en tu día diario. En todo lo que haces al día. Seguro que hay un hueco, un momento del cual te puedas servir para cubrir este propósito. ¿No lo encuentras? Si hombre sí. Está en ese sudoku en el tren, está en ese buenos días (que no acompañas con un beso), está en ese papel que tiras y no aguardas a encontrar una papelera, en ese minuto que no inviertes en separar la basura y reciclar, en ese sms que no envías y luego te lo gastas en cualquier tontería...

Olvida la rutina, la costumbre y la vaguería. ¿Acaso no vale la pena luchar por lo que quieres? ¿Qué tiempo está mejor invertido que aquel que inviertes en tu entorno?

Merece la pena, al menos eso creo. Porque luego llega el día que, omitiendo todo lo dicho anteriormente, el lazo se rompe. Y perdemos tiempo en lamentarnos, en echarnos en cara que no hicimos lo suficiente, en tratar de reparar el lazo.

En definitiva, perder tiempo por "no haber perdido tiempo" antes.

Cuida tu tiempo. Como dice el mítico Gandalf: "Tú decides que hacer con el tiempo que se te ha dado".

Quizás no todo, ok. Pero sí tenemos instantes en los que somos libres.

Por cierto: OS QUIERO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario