lunes, 2 de mayo de 2011

Es un mensaje para el mundo.

La frase del título pertenece a la opinión de Bush sobre la muerte de Bin Laden.

A día 1 de Mayo se anuncia la muerte de Osama Bin Laden. 66 años despúes de la de Hitler. Ambos comparten día de defunción, ambos compartirán un lugar en el recuerdo como villanos de la sociedad.

Pero no hay que olvidar una cosa. Tanto Bin Laden como Hitler fueron lo que fueron e hicieron lo que hicieron porque había gente que los apoyaba. Nadie por sí solo es capaz de alcanzar una envergadura como la que estas figuras tuvieron en la historia. No son ejemplos para el mundo, pero su capacidad de liderazgo y de influencia sobre la sociedad es de reconocimiento.
Además, su influencia no se basa en lo que denominaríamos "buenas prácticas". Quiero decir, por lo general es más sencillo, a priori, fomentar sobre una persona buenos hábitos que malos, es mas fácil persuadir a una persona para que ayude que para que destruya. Es más fácil convencer a una persona para que ayude a otra que para que la mate. Por lo tanto el mérito y su logro es si cabe de una mayor relevancia.

Sólo tenemos que esperar al paso de los días para observar como sus seguidores van a llevar a cabo reacciones que llevarán consigo el derramamiento de sangre. Personas que están dispuestos a entregar sus vidas a causas que no compartimos. Personas que están convencidas internamente de que esas acciones que nosotros condenamos son buenas acciones para lo que ellos consideran su "sociedad".

La justicia ha demostrado que llega. Más tarde o más temprano pero siempre alcanza a aquel que se la merece. Pero también ha demostrado que ahí finaliza su acción. Puede que la justicia siempre haya alcanzado a aquellos que se la merecían, pero también ha demostrado su incapacidad para evitar la salida de nuevos seres a los que perseguir. La justicia seguirá persiguiendo a los villanos del futuro, pero no evitará la salida de más. El pasado nos ha demostrado que los villanos siempre vuelven. Ayer fue Bin Laden, más atrás fue Hitler y en un futuro tendrá otro nombre.

Pienso que el mensaje para el mundo no abarca únicamente la inepelable victoria de la justicia a lo largo del tiempo, sino la existencia en nuestro fuero interno de un poder que dispone de una capacidad exáctamente igual tanto para crear como para destruir y que depende de nuestro dominio interno para evitar su salida a la luz tanto de forma directa como a través de la influencia del resto del mundo.

La mejor manera de acabar con un conflicto es no empezarlo.

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