martes, 22 de marzo de 2011

Adios amigo.

Esta es la más dura, sin ninguna duda.

Puede ser que sea esto lo que me lleva matando varios días. Pero hoy lo liberaré. Hoy sales fuera.

Desde que tengo infancia sólo recuerdo una cosa, una pelota pegada a mí. Se me viene a la cabeza una foto en el parque O´donnel, yo con 2 años sentadito encima de una pelota, encima de la hierba.

Luego vinieron los muñecos, las porterias de mentira y los equipos jugando con una pelota de papel albal para que no botase mucho. Siempre me ha gustado tener el balón en el piso.

Después los globos, la porteria era la puerta de mi habitación, y el globo cumplia su función a la perfección, mis "criminales" golpeos cogían altura, incluso podía rematar de cabeza. Ahí aprendí posiblemente a rematar.

Pero había que evolucionar, asi que pase a pelotitas pequeñas de goma y eso salto de nivel. La portería paso a ser la mesita del salón y el gol sólo valía si entraba por la escuadra o tocaba palo. Creé varios equipos y tenía a mis propios compañeros: la mesa de la tele de lateral derecho, un marco de la puerta de lateral izquierdo, la mesa del salón de central, la mesa del pasillo medios centros, los sillones del salón los interiores y un lateral del sofá el punta. Si se la ponías bien remataba de cine. Así obtuve precisión, tocaba y me la devolvían, que fuera bien o mal dependía de como yo lo hiciera, que hiciera gol de la precisión de los tiros, me veo jugar y no he cambiado nada, sigo tirando paredes con los muebles, pero ahora de carne y hueso.

Luego llegó el fútbol "de verdad" con 6 añitos a jugar al Neruda, que no era mi cole, pero eran los que ganaban. Y vinieron 4 añitos donde no perdimos nada... bueno sí, en San Gabriel... y comencé a conocer a gente que merece la pena: Abraham, Germán, Santi, Edgar, Pepe, Rubén...

Todo esto lo compaginaba con domingos en el O´donnel, mi padre entre los palos y yo bombardeándole toda la santa mañana, eso duró hasta que le empezé a hacer daño, jeje, aunque se convirtió en un portero de los de verdad. De vez en cuando jugábamos contra los que venían y formabamos una pachanga, todos mayores que yo pero y qué, yo era el rey, jeje.

Pasamos al Alcalá, donde la cosa empieza a ganar en importancia. Más exigencia, más nivel... me daba igual, sabía que si jugaba como sabía lo haría bien. Y eso pasó, seguimos ganando todo, hasta que en infantil ´b´ un enemigo, ahora amigo, me partió la tibia y el peroné. Cosas del fútbol. Tarde un mes en volver a aprender a andar, pero aun así llegué para echar una mano a mis compañeros. Eso me dió el Alcalá, toda una educación de vida y respeto. Conocer a muchos míticos: Miguel, Quique, Calleja, Abel, Alvaro, Diego, Rober, Raulito... y Nacho, mi gran amigo y adorado Nacho. Sólo por esto valió la pena. Fueron 11 años, 11 largos años entre los cuáles hubo buenos y malos momentos, pero hoy sólo quedan los buenos.

A partir de ahí, andanzas por Torrejon (Torres, David, Mariano, Juancho, Manolo, Santi, Padín , Ruiz, Asenjo...) y mi última incursión en el Marchamalo (Montero, Kike, Carlos, Miguelón, Milolo, Fran, Lois, Gustavo, Sergio...).

Y entonces llegó "hoy". El momento del adios. Sin duda, el adios más duro.

20 años de vida dedicados a esto, con sacrificios e historias para hacer un libro... siempre soñé con ser el mejor, con ser el Iniesta que daba un Mundial al país, con ganar a todos. Es mi forma de ser, ser competitivo, sino puedes ser el mejor, ¿qué haces jugando? Sino quieres ser el mejor, ¿dónde está tu orgullo?

Me has hecho reir, me has hecho llorar, me has hecho no dormir, estar preocupado, me has enseñado a ser persona, a superar injusticias, a ser compañero y amigo, a conocer a mis amigos, en definitiva, me has hecho lo que soy. Gerar es lo que es por tí. Puedo afirmar sin duda que eres lo que más he querido en el mundo y en la vida, por eso esto duele especialmente.

Pero ahora el sueño es otro. Y puede que no llegar a nada en el fútbol me permita llegar a todo en esta nueva andadura. Vuelven las ganas de ser el mejor, de competir, de tener objetivos. Esta vez lo que busco es grande, muy grande. Pero no habrá entrenadores, habrá directivos. No habrá entrenamientos, habrá clases y días laborales. No habra que buscar el ascenso sino el máximo beneficio y mis compañeros no vestirán exáctamente igual que yo, pero compartiremos traje. No habrá árbitros, pero habrá leyes y de la única hierba que espero disfrutar es de un buen descanso en un parque Central.

Adios mi amigo, la vida seguirá y tú seguirás presente. Dicen que el FÚTBOL es un deporte... ellos no lo entenderán jamás.

Sólo asegurarte que lo hice lo mejor que pude.

Gracias y deséame suerte.

4 comentarios:

  1. Que grande Gerar, no tengo palabras!!!! Mucho ánimo campeón y ya sabes que en ese cesped dónde quieres disfrutar de un buen descanso, aquí tendrás un amigo con el que tomarte ese descanso!!!!

    Saludos,
    Mota

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  2. no es un Adiós churry, es un Continuará....llega la nueva temporada, con cambio de guión y nuevos personajes! seguro que deparará buenos momentos!!=)

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  3. Es cierto lo de la precisión en los pases,en sus movimientos, era preciso y elegante en el juego. Un Abrazo grande Gerar, la vida es un partido. Seguimos jugando.

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  4. Grande Noé. Me alegro haberte encontrado por aquí y que te haya gustado. Como tú dices, seguimos jugando. Disfrutemos del partido. Un abrazo grande!!

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