Se preguntaba qué proporción de la escena representaba. Si fuera eliminado de esa escena, ¿pasaría algo? Desde luego sin movimiento no, lo cual le convierte en una paradoja. Siendo lo más representativo de la escena cinéticamente, era lo único que se mantenía parado, pasaba desapercibido. Eliminado de la escena todo fluiría de la misma forma. Sólo el aire que sus pulmones inspiraron podían haber sido aprovechados por otro ser vivo.
Entonces se dio cuenta. Sólo armonizándose con el entorno conseguiría cambios en él. Su movimiento podría provocar detenciones, podría distorsionar la realidad.
Interesante. No era cuestión de ser diferente. Era cuestión de ser partícipe.
No era cuestión de ser una proporción de la fotografía. Era cuestión de provocar la fotografía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario